Desde chica me ha fascinado el poder de las plantas. Con mi hermana jugábamos a ser investigadoras —yo era “la científica”— y soñábamos con cómo la naturaleza podía sanar.
Estudiando en la universidad, noté que muchas investigaciones sobre plantas quedaban en el papel. Sentía la necesidad de hacer algo más tangible, que llegara realmente a las personas.
Al descubrir la aromaterapia, me enamoré de ese mundo. Mientras buscaba equilibrio emocional para convertirme en mamá nuevamente, encontré en las plantas una gran aliada.
Y entonces surgió la pregunta: ¿por qué no trabajar con las plantas de Chile? ¿Por qué no rescatar sus propiedades y compartirlas?
Gracias a un fondo Corfo, ese sueño se volvió realidad. Así nació Florescencia: una marca botánica, hecha con ciencia, cariño y raíces chilenas.
Luego de más de 10 años y ya con la empresa en marcha, me he dado cuenta de que tengo mucho más por mostrar. Después de haber entregado tanto, hoy tengo más experiencia, más conocimiento y más claridad sobre lo que quiero compartir.
A mis 40, viví un cambio profundo. Me cuestioné muchas cosas y hoy me siento distinta. Me siento madura, agradecida por todo lo vivido, y lista para mostrar esa nueva versión de mí a través de los productos.
Y gracias a nuestros queridos clientes, estamos listos para dar un paso más y transformarnos… estén atentos a los nuevos cambios que se vienen.